lunes, 24 de diciembre de 2012

Tristes fiestas de Navidad para 2012





Tristes fiestas de Navidad para 2012

Siempre dije que las fiestas de Nochebuena y Navidad eran fiestas que traían a nuestra mente recuerdos imposible de borrar. Y muchas lágrimas por todos aquéllos que se marcharon para no volver. Su recuerdo se hace imprescindible cuando te sientas en la mesa y ese vacío que existe desde hace años sigue ahí. Cuesta mucho creértelo, pero es así. El último que se marchó de este modo fue mi padre, que ya lleva en ese otro mundo cerca de veinte años. Hubo otros antes pero parece que da la impresión que hay que acostumbrarse a todas estas inquietudes. Quizá en otra época del año no te acuerden tanto, pero en Nochebuena, todos tus muertos tienen un lugar a la hora de la cena. No sé si será porque mis mejores años se han escapado y tampoco vuelven...

Cuando la familia estaba al completo nos sentíamos todos muy felices. Cada año que pasaba, se parecía menos al anterior, porque cada miembro tiene unas inquietudes. Yo, que fui el más joven de cuatro, me fijaba en los que me precedían. Conste que aquélla generación era una generación de los artículos de alimentación racionados. ¡Hasta el tabaco de picadura! Era una época en la cual ibas al cine y aparecía un dictador ocupando toda la pantalla y tenías que ponerte de pie y levantar el brazo derecho saludando. Éramos un país de muertos de hambre... Y los más viejos de Villagarcía recordarán que ahí había un foco falangista de mucho respeto. Las Falanges gallegas fundadas por José Antonio Primo de Rivera, el día 17 de marzo de 1936 (?) en el Teatro Villagarcía. 
 
Todos los días 17 de marzo de cada año se conmemoraba el aniversario de la fundación  falangista y todos los niños entre 10 y 15 años, vestidos con el uniforme del Frente de Juventudes, nos preparábamos para desfilar ante un Jefe Nacional del Movimiento, nombrado al efecto para ese día. A los chicos nos habían mentalizado para sufrir en tiempo negativo. Sólo queríamos participar en  el desfile donde estábamos niños de Villagarcía, Vigo y Pontevedra, que era otro foco falangista de   la época. Nuestra centuria se llamaba "17 de marzo", coincidiendo con la fecha de la fundación. Al finalizar el desfile nos felicitaban nuestros superiores por nuestro trabajo bien hecho. Excuso  decir que nuestros jefes locales estaban encantados. Nos daban un bollo y una onza de chocolate. Dadas las precarias necesidades de cada casa, la merienda era lo mejor para los chicos. Lo peor era cuando mi padre (socialista acérrimo), miraba a sus hijos, vestidos con el uniforme del Frente de  Juventudes con cara de asombro, en una época muy difícil para todos. Pero creo que los niños han  pagado muy caro todo aquéllo, porque en su casa faltaba todo lo necesario para una formación  humana, a la que todos debiéramos tener derecho. Como niño, yo no sabía lo que era la derecha o la  izquierda. Pero sabía que en aquélla casa donde vivíamos faltaba todo y sobraban los platos...
 
Esta es la historia de una época que más vale no recordar. No había nadie con exceso de peso, a no  ser empresarios, curas y militares con cierta graduación. No eran necesario las dietas, como ahora. Y eso que estamos llegando a los SEIS MILLONES DE PARADOS. ¡Que Dios nos ampare, pero estamos peor que en los años cuarenta. Y cerca del 30% de gente sin trabajo. ¿Cómo eso chicos  van a formar un hogar si, la falta de trabajo lo impide? ¿Cómo van a cotizar a la Seguridad Social si no trabajan? Desearía que todo esto se arreglara, para que llegara la tranquilidad a todos. Así sea.

Cousas de Eduardo.                                                EGG.                             23XII2016  12,00h.




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